Casa Basalto inicia con la intención clara de ser responsables en términos del uso material. En este sentido, cada material que se eligió para la casa (tanto interior como exterior) expresa aquellas características de su propio ser: el concreto se desenvuelve de manera plástica, la madera se muestra a partir de líneas rectas y paneles móviles, el metal se siente rígido, esbelto, resistente y el vidrio, habla de la apertura hacia el entorno, de transparencia e interacción sin límites. El proyecto se desarrolla en dos niveles que dividen el programa en diferentes etapas, yendo de lo más social en primera planta a lo más íntimo en el segundo piso.

Recorrer la casa inicia con un muro curvo escultórico que recibe la entrada vehicular y se convierte en parte esencial del interior, funcionando como un fondo escenográfico de la zona social. El interior se constituye de la misma materialidad que el exterior y se expande hacia afuera con una terraza corrida semi cubierta por voladizos en concreto curvo, mostrando una vez más las capacidades plásticas del material. El ascenso al segundo nivel se hace por medio de una escalera empotrada, de peldaños sueltos y un vacío con diferentes expresiones en la losa del segundo nivel. Una vez se llega al segundo piso, el espacio se abre ante un estar y un espacio de trabajo, que conduce a las habitaciones por medio de un corredor iluminado cenitalmente.

Volumétricamente hablando, la casa está compuesta de tres elementos: el muro curvo como eje de la casa y elemento ancla, el volumen de basamento que varía entre el vidrio y el concreto y un volumen hermético de madera en la parte alta de la casa, que remata con una cubierta ligera de madera y metal, aportando ligereza al volumen macizo habitacional. La casa, nuevamente, es una muestra del uso material, un diseño que permite entender las relaciones entre materialidad, forma, capacidad y uso.